México, 23 ago (Prensa Latina) México abrirá mañana lunes su primer curso virtual de la historia para 30 millones de alumnos de preescolar, primaria y secundaria, que encenderán a las 08:00, hora local, sus televisores, computadoras o celulares, para recibir clases.
La pandemia de Covid-19 y la persistencia de altos índices de contagios, les vedó no se sabe hasta cuándo de la presencia en las aulas que da tanta vida y alegría a cualquier sociedad del mundo, con un bullicio contagioso inimitable.
Para México es una prueba de fuego porque por vez primera pone en práctica un programa tan complejo para el cual la Secretaría de educación lleva varios meses de pruebas y ensayos con profesores y funcionarios de varios sectores de la vida nacional.
La experiencia es también para los estudiantes que, igualmente por vez primera en sus vidas, no tendrán el placer del contacto con sus congéneres, la satisfacción del recreo o el cultivo de amores prematuros o platónicos propios de la edad.
Se trata, además, de un esfuerzo económico y organizacional descomunal para satisfacer a todos, no bajar la calidad de la enseñanza, mantener el interés del alumno, y en especial llegar a aquellos rincones del país donde no hay señales de televisión ni de internet y la radio es limitada.
En esos casos, que en México no son pocos por sus 60 millones de pobres, el ingenio de los maestros prevalece, y ya hay iniciativas de algunos que llevan en triciclos los aditamentos indispensables para «repartir» las clases hogar por hogar, o habilitar lugares comunes al aire libre para reunir a grupos de estudiantes e impartir las materias del ciclo en el grado que les corresponda.
Todo ello es parte de la estrategia «Aprende en Casa II» que el gobierno mexicano ha tenido que implementar para que este curso no se pierda y los muchachos no caigan bajo las férulas del SARS-CoV-2.
De acuerdo con la Secretaría, los programas son de tres tipos: El primero con maestros explicando los temas con recursos audiovisuales, modelos o ejemplos; el segundo donde maestros conservarán con un asistente que hará las veces de aprendiz y planteará preguntas, y el tercer tipo son conversaciones entre maestros y especialistas sobre un tema en particular.
La programación no deja tarea a los estudiantes, que era una queja de padres de familia, pero será una decisión que tomen los docentes, que se mantienen en contacto directo y permanente con sus alumnos a través del WhatsApp, vía telefónica o correo electrónico.
El proceso educativo a distancia tendrá validez oficial y, de acuerdo con el secretario, Esteban Moctezuma Barragán, los alumnos serán sometidos a una evaluación diagnóstica, la primera del 25 al 30 de noviembre.